Como mantener fría la economía
La sensación es que el Gobierno de Mauricio Macri aún no le encuentra la vuelta a la reactivación de la economía. Todas las medidas que llevan adelante, tienen un objetivo, al menos desde lo discursivo, y en lo inmediato el resultado es que siguen conduciendo al enfriamiento de la economía. Frases célebres como «Le hicieron creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior.”, cobran cada vez más sentido, y ni hablar si quién lo dijo (Javier González Fraga), hoy conduce el destino del Banco Nación.
La última novedad al respecto, la tuvimos la semana pasada, cuando el Gobierno comunicó que se terminaron las cuotas sin interés. El argumento es que en ese esquema, los comercios, quienes se enfrentan a comisiones y tiempos únicos en el mundo para cobrar las ventas en tarjetas, sobremarcaban los precios para luego decir que se podía pagar en cuotas sin interés. De esa manera, el que pagaba de contado (efectivo o en un pago electrónico) pagaba un sobre precio, por aquellos que se financiaban en cuotas (Ahora 12, Ahora 18, o simplemente con la financiación de las tarjetas de crédito).
El Gobierno esperaba que los comerciantes / empresarios, principalmente en los electrodomésticos, salieran a rebajar los precios, y sincerarlos para aquellos que pagaban de contado. ¿Qué les parece que pasó en esta primera semana? No hace falta que demos una respuesta.
No solo que los precios no bajaron en un pago, sino que además, las tarjetas de créditos (VISA y Master principalmente) no salieron a competir con la tasa de interés. Ambas corporaciones se cartelizaron, y salieron a cobrar el mismo interés en cada segmento de cuotas en la mayor parte de los productos. Entonces, cual es el resultado de la medida? del lado de los perdedores se encuentran los comerciantes que ven como el consumo cada vez cae más producto de la recesión, y los consumidores, que quienes necesariamente tienen que hacer uso de las cuotas, comprarán un producto más caro que hace 10 días, solo por el hecho de haber “sincerado” el interés.
Del lado de los ganadores se encuentran… ahora que lo pienso bien, no hay lado de los ganadores, porque mientras escribo este artículo, pensaba en 2 ganadores, las tarjetas de crédito (que logran mantener sus márgenes de rotación de crédito y además cobran un sustancial interés) y el Estado (que deja de financiar el Ahora 12, y Ahora 18, achicando el gasto), pero la realidad, es que ambos sectores también pierden, porque en un caso (las tarjetas), tendrán una baja sustancial en las transacciones, y en el caso del Estado, verá mermada su recaudación por la baja en la actividad, sin contar el efecto derrame que genera el consumo, en toda la cadena productiva, eliminando el efecto multiplicador que eso significa.
Lo que no se modificó, es el costo que enfrenta el comerciante por la venta con tarjetas, 1,5% para ventas con débito, y del 3% para ventas con crédito, a lo que se suman los tiempos en la acreditación que pueden variar entre 3 y 20 días hábiles, dependiendo si es crédito o débito y si se paga en 1 pago o cuotas, siendo que en la región, el pago con débito se acredita en el acto, y con crédito (en promedio) a las 72hs.
Entonces, si el Gobierno busca incentivar el consumo sincerando los precios, no pareciera más fácil y justo regular de una vez por todas las comisiones y plazos de acreditación de las tarjetas en lugar de cargar un interés sobre el consumidor?
Antes de responder esa pregunta, vamos a explicar cómo es el esquema de pagos electrónicos en Argentina. Según el Banco Central, a diciembre 2015 existían cerca de 72 millones de plásticos emitidos, de los cuales, el 48% aproximadamente corresponden a tarjetas de créditos. De esto último, VISA concentra el 60% de la facturación por compras en tarjetas de créditos. PRISMA es además, quién controla el procesamiento de las operaciones con tarjeta, y les provee a los comercios los aparatos Posnet para realizar las transacciones, mediante su firma LAPOS. Conclusión, si un comercio quiere operar con tarjetas de créditos, no tiene más opción que someterse a las reglas de PRISMA S.A. tanto para procesar los pagos, como también con las comisiones que les cobra.
Esta situación en Economía se denomina “integración Vertical”, ya que los mismos jugadores controlan al Banco + el emisor + el adquiriente o procesador. Este negocio mueve más de 13 mil millones de pesos al año, nada despreciable.
Luego de esta explicación pareciera un poco más lógico porque el gobierno optó por cargar un interés a los individuos y no a la corporación. Por lo pronto, una vez más el objetivo que discursivamente el gobierno esbozó, no se vuelve a cumplir, la economía sigue en recesión y la inflación sigue dando pelea.
@pabloargento