¿LEBAC si o LEBAC no?
Ante una aparente estabilidad en la tasa de interés de las LEBACs (Letras del tesoro), analizamos si sigue siendo conveniente apostar a este instrumento, y qué opciones le quedan al pequeño ahorrista.
Hay términos que se ponen de moda de acuerdo al momento económico del país. En algún momento fue el “riesgo país”, en otro los “buitres”, luego el “dólar blue”, y hoy por hoy, todos los martes esperamos el cierre de la licitación de las LEBACs, para conocer su tasa de interés.
Ahora, ¿qué son las LEBACs? Básicamente es un mecanismo de política monetaria que lleva adelante el Banco Central para financiarse al corto plazo (todos los martes se efectúa una nueva licitación), a cambio de una tasa de interés. Además, actúa como un mecanismo de absorción de los pesos del mercado, tratando de atenuar el efecto inflacionario de la emisión.
A lo largo del año, ésta tasa se ha convertido en un termómetro para las expectativas inflacionarias del gobierno, como así también para actuar como “aspiradora” de los pesos circulantes, principalmente en la primera mitad del año. En la última semana, el Banco Central, ha justificado el haber mantenido por sexta semana consecutiva la tasa en 26,75%, “para consolidar la desinflación ya ocurrida este año y avanzar en el proceso de convergencia de las expectativas de inflación de 2017 hacia las metas anunciadas, el Banco Central decidió mantener su tasa de política monetaria en 26,75% y dejar inalteradas sus tasas”
De cara a las próximas semanas, será importante ver cuál es el comportamiento del Banco Central en un contexto de dólar quieto, tendiente a la baja, y una necesidad de canalizar las inversiones hacia la industria que viene en caída libre, y no hacia la especulación financiera. El país ha recibido mucho flujo de dólares en los últimos meses, que se vuelcan en su totalidad a instrumentos financieros tanto en pesos como en dólares. En el primer caso, porque confían que el Gobierno pueda controlar la inflación en el mediano plazo (en Octubre se realizó una colocación por $53.600M a 10 años a una tasa del 15,5%), y en el segundo porque las tasas son atractivas respecto del contexto mundial). De todas maneras en otra columna ahondaremos respecto del proceso de endeudamiento que se está llevando adelante.
Hasta acá el análisis económico sobre el tema, pero la pregunta del pequeño ahorrista es, ¿me conviene invertir en LEBACs si hoy rinden el 26,75% nominal anual a 35 días y hasta no hace mucho pagaban el 38%?
Para dar respuesta a esa pregunta, hay que contextualizar la situación, y ver qué alternativas hay actualmente en el mercado al alcance del pequeño ahorrista. En principio, vamos a decir, nos enfocaremos en instrumentos de similares características/riesgos. En este segmento, las opciones que encontramos son:
- Plazo fijo.
- Compra de dólares.
- Bonos.
- Acciones.
Comencemos por lo más sencillo: plazos fijos. Instrumento muy parecido a las letras del tesoro dado que pagan una rentabilidad anual, proporcional por el tiempo que se congela el dinero. Es importante saber que, mientras baje la tasa de las letras del tesoro (impacta además en la tasa Badlar), la cual actúa como tasa de referencia, también bajará la tasa del plazo fijo. Es así como los principales bancos, están pagando entre 18% (Banco Francés) y 19%-20% (Santander o Nación) por los depósitos en plazo fijo a 30 días.
En el caso de la compra de USD tan común entre el ahorrista argentino, pero que en los últimos años rindió por debajo de otras alternativas, debemos incorporar al análisis la especulación o expectativa de alza. Para que el dólar pueda rendir lo mismo que una LEBAC a 35 días, debiera rendir un 2,57% en ese mismo plazo, traducido al tipo de cambio, si hoy el dólar se encuentra en 15,30, debiéramos especular que a 35 días se ubique en los 15,70 pesos por dólar. A ese valor nos estaría rindiendo lo mismo que comprar LEBAC. En realidad un poco menos, si queremos volver a hacernos de pesos, por la diferencia entre el tipo de cambio vendedor y comprador. Pareciera poco viable que el dólar experimente esa suba.
Finalmente, nos encontramos con los bonos y acciones, éstas últimas más que nada orientadas a inversores con más experiencia en este tipo de instrumentos, y sobre todo con menor aversión al riesgo, ya que la volatilidad y por ende la posibilidad de ganar o perder, es mucho mayor. Basta citar un par de ejemplos. Dentro del panel líder del Merval hay acciones “estrellas” como, Petrobrás (APBR), San Miguel (SAMI), y Mirgor (MIRG) que rindieron 182%, 144% y 138% respectivamente entre enero y octubre de este año. Por el contrario, tenemos a ALUAR (ALUA) y Comercial del Plata (COME) que retrocedieron 17% y 11% respectivamente.
En cuanto a los bonos la volatilidad es menor y justamente por esta misma razón, es que los rendimientos son muy cercanos a los que pueden dar un plazo fijo o un fondo común de inversión con bajo riesgo. El beneficio que se puede buscar en este tipo de instrumentos es poder blindarse ante posibles devaluaciones del peso frente al dólar, y poder obtener una rentabilidad que puede ir del 2 al 5% en dólares. Para esto, hay alternativas de bonos en Dólares, o en pesos atados al dólar Linked. No hay que perder de vista que el blanqueo de capitales que se está llevando adelante, puede convertirse en una oportunidad para los bonos dolarizados a largo plazo, ya que quienes hayan optado por pagar el 10% de multa, querrán recuperar ese dinero en el menor plazo posible. En ese caso, la TIR (tasa interna de retorno) de esos bonos será prometedora.
En definitiva y luego de haber analizado las opciones más sencillas de inversión, las LEBACs siguen siendo un instrumento de inversión en pesos atractivo, y pagan una tasa bastante superior a otros instrumentos que poseen un riesgo similar (es decir casi nulo), esto, siempre que no especulemos con una fuerte alza del dólar, en cuyo caso ese efecto devaluatorio del peso, sería mucho mayor al rendimiento de las letras del tesoro.
Como decíamos más arriba va a ser interesante analizar el plan que tenga el gobierno nacional para buscar canalizar el ingreso de divisas hacia actividades productivas duraderas en el tiempo en lugar de inversiones financieras golondrinas, y sobre todo especulativas.
Pablo Argento
@pabloargento